martes, 5 de julio de 2011

Historias detrás de un café

Es difícil contarles todo lo que mi cabeza asimiló durante este semestre, más cuando se compartió y vivió intensamente experiancias con las compañeras y con las informantes. Por ello creo pertinente acompañar esta reseña con una tacita de café.

Primero que todo, quisiera contar mis experiencias con mis compañeras. Convivir con Larissa y Lucía durante estos meses me enseñó muchas cosas, entre ellas la paciencia y la capacidad de saber que todos los días se aprende algo nuevo y la perseverancia es la virtud más importante para sacar un buen resultado.

Cuando visitamos la comunidad de Los Guido por primera vez, yo tenía muchas preguntas y expectativas en torno a lo que iba a encontrarme. Me di cuenta que las preguntas se iban respondiendo por sí solas en la convivencia con las informantes y mis compañeras.

Al cabo que iba avanzando el semestre y nos acercábamos más con las informantes, descubrí que Los Guido es un lugar donde la gente se apoya entre ellos para lograr un objetivo común.

La experiencia con las señoras fue muy enriquecedora, al mismo tiempo, descubrí que como estudiante debo mejorar muchas cosas. Nuestro trabajo se basó en historias de vida. De ellas aprendí que hay mujeres que hacen lo posible y más para sacar adelante a su familia. Como fueron historias de vida, para ser el principio no estuvo mal, sin embargo considero hay puntos que debo tomar en consideración para mejorar.

Primero, debo ser paciente a la hora de hacer las preguntas a las informantes. Dejar fluir los espacios de silencio, que tanto me incomodaron, pero que tienen un sentido para la persona a quien se está entrevistando. Segundo, es recomendado llevar en la mente una semi estructura de preguntas que se piensan decir, sino la entrevista quedará muy enredada y después cuesta mucho tener una secuencia lógica de la historia. Tercero, saber hacer las preguntas adecuadas y pertinentes para que la informante no se sienta incómoda.

Si bien es cierto, hubo algunas fallas técnicas, el sentido de lo quisimos expresar fue bien logrado. En el día de la convivencia entre los y las estudiantes y la comunidad pudimos ver cómo la comunidad se identificó con cada uno de los trabajos, entre ellos el de las historias de vida.

Me conmovió muchísimo el discurso de una de las señoras ese día. Descubrí que en cada uno de los y las habitantes de la comunidad existe el espíritu emprendedor que se necesita para salir adelante. Me encantó que cada uno de ellos hiciera introspección y se vieran así mismos como una comunidad que está surgiendo a pesar de los estereotipos que los medios de comunicación señalan masivamente. Y lo más conmovedor fue que agradecieran el esfuerzo de los y las estudiantes, si más bien ellos fueron los autores de estos grandes proyectos.

Al final del semestre me sentí muy satisfecha de haber escogido el curso. Y en definitiva, la antropología y lo visual son un complemento perfecto para comunicar realidades contemporáneas.

Con el último sorbo de café les finalizo mi experiencia. Espero que sea de sus agrados.

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